Le Corbusier resuelve brillantemente el caracter vacacional de la obra al anular la diferenciación de espacios y "obligar" a los usuarios a moverse por la arquitectura usando la escalera que se abre a la naturaleza dejando entrar aire, calor, en definitiva, tiempo:
1. Existen habitaciones y baños tanto en la planta baja como en el primer piso.
2. Existen dos elementos singulares en la obra: la cocina y la "sala común" y ambas están en pisos diferentes.
3. El elemento aglutinador de los espacios, la escalera y su hueco, están abiertos a la naturaleza sin ningún tipo de separación.
El diseño tectónico, que roza el tradicionalismo, lleva a Le Corbusier a colocar elementos, como la ventana de la cocina, de una forma libre y desligada de cualquier justificación lingüística o metodológica.
Esta resolución se da, en definitiva, porque la obra no se hace para una función elemental, mínima; sino anodina, de descanso, vacacional, que convierte a Le Sextant en un hábitat casi natural, y de ahí la justificación del uso de los materiales citados en otras entradas.